Para Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, una faceta de la libertad es tener la capacidad de conseguir aquellas cosas que valoramos, las oportunidades reales que una sociedad tiene para alcanzar una vida mejor. Este enfoque, en lo que los individuos son capaces de hacer, refleja la libertad con que cuenta una persona para llevar un tipo de vida u otra, y se utiliza para evaluar el bienestar de las sociedades en los informes de desarrollo humano elaborados por las Naciones Unidas.
Como sociedad, nunca habíamos tenido tanta capacidad de definir nuestro personal proyecto biográfico y tomar las decisiones más coherentes para su consecución, ya sea en términos educativos, laborales, empresariales, de estilo de vida, etc., como en el momento actual.
En términos patrimoniales, la mejora de la educación financiera nos ha llevado a entender que la planificación financiera personal, el ahorro y la inversión, es el medio que nos facilitará la consecución de muchos de nuestros proyectos. No obstante, aunque sabemos que debemos poner a trabajar nuestro ahorro, la mayoría de personas definen sus inversiones en relación a sus propios conocimientos y experiencia, dentro de su personal círculo de competencia, normalmente muy limitado.
Warren Buffett definía el círculo de competencia como el área en la que podemos tener una buena comprensión de determinadas inversiones y compañías y, por tanto, de la capacidad de valorar mejor el negocio, así como los riesgos y oportunidades futuras.
Limitarnos a nuestro círculo de competencia, la decisión más fácil, conlleva patrimonios poco diversificados y un exceso de liquidez e inmobiliario.
Si invertimos en los mercados financieros, priorizamos los valores que nos resultan más familiares, decidimos instintivamente dando más importancia a los hechos más recientes, o seguimos narrativas e historias populares que limitan una gestión más racional y efectiva en términos de rentabilidad, riesgo, fiscalidad y liquidez.
Decía Aristóteles que el que ha superado sus miedos será verdaderamente libre. Hoy tenemos la libertad de elegir un futuro mejor. Aprovechemos las capacidades que disponemos para ensanchar nuestro círculo de competencia y tomar mejores decisiones en la gestión de nuestro patrimonio.
Este artículo se ha publicado en Diario Sur 13 septiembre 2021 por Rafael Romero.