Ayer estuve en una conferencia titulada «Depresión y Trabajo. Las mil caras de la depresión», impartida por el Doctor Manuel Alvarez Romero www.psicosomatica.net Miembro de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y del Colegio Internacional de Medicina Psicosomática. El encuentro estaba organizado por la Agrupación de Miembros del Instituto Internacional San Telmo www.santelmo.org

El doctor trató de analizar la delicada relación trabajo y depresión, así como las posibles “vacunas antidepresivas”, dado que todos somos vulnerables a padecer la depresión en los tiempos que corren, llegando a ser en la actualidad una de las primeras causas de absentismo, bajas e incapacidad laboral.

Los factores depresógenos en el trabajo son entre otros: la movilidad geográfica, la competitividad, las relaciones humanas no gratificantes, las largas jornadas diarias, las expectativas generadas que no se van cumpliendo, el mobbing, la rutina, los cambios tecnológicos y el estrés.

Si estos factores se unen con otros factores de riesgo, como una personalidad depresiva o perfeccionista (a menudo nos lo encontramos en las empresas), con algún acontecimiento vital (rupturas matrimoniales, cambios de trabajo, etc.), sucesivos episodios depresivos o un apoyo social insuficiente o inadecuado; tendremos que estar muy alerta ante esta enfermedad, que llega sin enterarte.

Estrategias antidepresivas

El doctor nos facilitó algunas estrategias que nos permitirán vacunarnos contra este auténtico virus:

  • Intenta conocerte mejor
  • Compagina el corazón y el desasimiento, luchando contra la frustación.
  • Desterrar la sobervia, uno de los principales factores personales depresógenos.
  • Aprende a rectificar
  • Descansa. Hay que saber y poder dormin bien
  • Ten argumentos para la propia vida, proyectos, saber a donde vas.
  • Dale un sentido creativo al trabajo.
  • Gana en generosidad y profesionalidad
  • Intenta empatizar
  • Autoevaluate: en lo económico, en tu salud o trabajo y rectifica en lo que ha ido mal

Finalmente el Doctor nos facilitó las Bienaventuranzas desde la Torre de Santo Tomás Móro, como fuente de inspiración. Me permito señalar la primera:

Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos… porque tendrán diversión para rato.