Es habitual el uso de acrónimos en los mercados financieros. Por ejemplo, a comienzos de este siglo se empezó usar el término BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que reunía las cinco naciones con economías emergentes de mayor potencialidad de convertirse en grandes líderes económicos globales.

En 2013 se acuño el acrónimo FANG (Facebook, Amazon, Netflix, Google), al que posteriormente se unió Apple y se convirtió en FAANG, con las compañías que mejor representaban la evolución de las empresas tecnológicas estadounidenses. Aun con cambios de nombres, el término FAANG sigue utilizándose. Tras la anterior crisis financiera, se utilizó la expresión TINA, en inglés “There Is No Alternative”, para señalar un escenario sin alternativas distintas a las bolsas para rentabilizar el ahorro frente a la inflación.

En el momento actual, los inversores empiezan a valorar un nuevo escenario denominado TARA, en inglés “There Are Reasonable Alternatives”, en referencia a que ahora “hay alternativas razonables” para construir carteras tras las recientes subidas de tipos de interés de los bancos centrales y su efecto en la ampliación de los tipos de mercado de los distintos activos libres de riesgo y la renta fija de gobiernos y empresas.

Siempre se ha considerado a la renta fija como el principal impulsor del sistema financiero global, alcanzando habitualmente más del 80% del volumen total diario que se negocia en los mercados. Es el primero que avisó del impacto de la inflación en la economía y ya está dando señales de normalización tras vivir el peor comportamiento anual en la historia.

La amplísima oferta en plazos desde 1 día a más de 30 años, de tipo fijo o variable, bonos de gobiernos o privados, y los numerosos segmentos en términos de riesgo de crédito, como los bonos con garantías, de grado de inversión y high yield, subordinados, emergentes o convertibles, posibilitan una interesante alternativa para construir carteras más eficientes en términos de rentabilidad potencial y riesgo asumido.

El efecto TARA puede ser el impulsor de una reincorporación de inversores de perfil más conservador que se hubieran alejado de la volatilidad reciente de los mercados.

Este artículo fue publicado por el mismo autor, Rafael Romero, en diario Sur el 12 Diciembre 2022