Cuando pensamos en nuestra jubilación, una preocupación compartida es no saber si dispondremos de los ingresos suficientes para financiarla. La jubilación que vamos a vivir las personas que actualmente estamos en activo será, probablemente, muy distinta a las que vivieron nuestros padres y abuelos.
Viviremos más tiempo y con mayor calidad de vida, abriendo la oportunidad de tener una etapa más activa y con más ganas de hacer cosas, obligándonos a reflexionar sobre cómo queremos que sea nuestra jubilación, proyectarla y tener un plan para disponer de los recursos suficientes.
Para financiar esta etapa vital contamos con la pensión de la Seguridad Social, complementada por posibles productos de ahorro e inversión, rentas inmobiliarias de propiedades alquiladas o dividendos de participaciones empresariales. Pero muchos de los españoles no contarán con suficiente ahorro acumulado para financiar una jubilación más larga y activa. No obstante, aproximadamente el 75% dispone de una vivienda en propiedad, porcentaje que se eleva al 82% en el rango de 55 a 75 años.
Disponemos de la posibilidad de obtener rentas complementarias contratando una hipoteca inversa, que permite disfrutar de nuestra vivienda habitual manteniendo la propiedad. Es un tipo especial de préstamo hipotecario de la vivienda habitual concedido a personas mayores de 65 años o que acrediten un grado de discapacidad o dependencia determinado. La concesión del préstamo se podrá hacer de una sola vez o mediante prestaciones periódicas (lo más habitual) y no será exigible hasta el fallecimiento de la persona que la contrata. Este producto puede complementarse con un seguro de rentas vitalicias que les garantice el mismo nivel de ingresos de por vida.
Es importante aclarar que la persona contratante nunca pierde la titularidad de su vivienda habitual y, por lo tanto, a los herederos les corresponderá, tanto la propiedad de esta, como la deuda acumulada, facilitándole mantener la propiedad si cancelan el préstamo asociado o vender la vivienda y saldar la deuda.
Invierte la forma de mirar hacia tu jubilación. Reflexionar sobre tu futuro y planificar tus finanzas facilitará encontrar la fórmula que más te conviene.