La automatización de buena parte de la industria hace vaticinar que pronto nos encontraremos con que buena parte del trabajo no será ejercido por personas. La consultora McKinsey estima que el 50% de las actividades por las que actualmente se les paga a los trabajadores en el mundo, podrían ser automatizadas al adaptar tecnología ya existente en los próximos 30 años.

Un ejemplo son las fábricas de automóviles, donde cualquier robot hace el trabajo de muchísimas personas a la vez, con mucha más precisión y productividad. Todo lo mecánico será automatizado, afectando a los trabajadores con tareas más simples y repetitivas.

Pero el auténtico tsunami es la automatización del sector servicios con el objetivo de competir en precios y ganar en eficiencia, modificando rápidamente el presente y futuro de muchos negocios.

Ya tenemos robots que son capaces de realizar un diagnóstico y tratamiento de complicadas enfermedades al disponer de millones de casos como información para extraer conclusiones más acertadas. Las máquinas están detrás de la mayoría de chats de atención al cliente y pronto serán los que nos atiendan en cualquier recepción, gracias al notable desarrollo de la inteligencia artificial aplicada al procesamiento del lenguaje natural, porque cada vez las máquinas entienden mejor y responden de manera más coherente.

A pesar de todo, las personas preferimos relacionarnos con personas y esta preferencia puede conducirnos a una nueva realidad, en la que busquemos los negocios que nos permitan relacionarnos con personas, asumiéndolo como un nuevo lujo que muchos estaremos dispuestos a pagar.

Un estudio de la consultura Luxury Institute, especializada en asesorar a marcas globales del sector del lujo, ha concluido que muchas personas prefieren pagar un precio más alto por la experiencia de un servicio atendido por personas, debido a las emociones positivas que pueden sentir en la relación.

También recomiendan a las marcas busquen una rehumanización de la experiencia del momento de las ventas y las recomendaciones de sus clientes fieles, frente a otras estrategias de marketing. 

Con respecto a nuestro dinero, una encuesta de AXA IM pone de manifiesto que la mayoría de ahorradores en España se encuentran inseguros con respecto a sus finanzas en el futuro y el 82% asegura que prefiere recibir el asesoramiento de un profesional frente a la opción de un asesor robotizado para ayudarle. Cuando el patrimonio es algo más elevado, solo un 9% confiaría en una máquina.

El éxito de las inversiones suele alcanzarse por una mejora en la gestión de los momentos incómodos y las alegrías desmedidas que llevan a decisiones precipitadas, priorizando los objetivos estratégicos desde un conocimiento que solo permite el lujo de un proyecto compartido con personas.

Artículo publicado en el diario Sur, el 19 de mayo de 2019, en suplemento Dinero y Empleo

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