Hasta la segunda mitad del siglo XVIII no se percibieron tan grandes transformaciones económicas, tecnológicas y sociales como las que se vivieron tras la primera revolución industrial. Anteriormente, y salvo momentos puntuales, una generación podía esperar vivir de forma similar a la anterior.
Luego, llegó la segunda revolución industrial hacia la segunda mitad del siglo XIX, la tercera en el siglo XX y, actualmente, estamos inmersos en la cuarta revolución, con una disrupción constante en los negocios y el cambio de hábitos de la sociedad.
Las personas tendemos a pensar de forma lineal, asumiendo que el futuro tendrá una continuación de la inercia del presente, pero los cambios en el momento actual, apoyados por la tecnología y las nuevas redes de comunicación social, son exponenciales, o sea, que el paso del tiempo va acelerando la curva de la transformación a una velocidad cada vez mayor.
Hoy las empresas de mayor éxito en el mundo han creado una cultura de mentalidad exponencial con resultados espectaculares: Zara, Amazon, Apple, Google, IKEA, Uber, Netflix, Nestlé, Tesla, etc., detectan las necesidades de sus potenciales clientes y se lo ofrecen, mejorando e innovando constantemente para superar sus expectativas y crear nuevos mercados.
Como empresarios, alcanzar una mentalidad exponencial puede ser la diferencia entre quedarse atrás y perder tu negocio, o ser capaz de crear soluciones disruptivas ante los desafíos y asumir la escalabilidad de tu proyecto a mayor velocidad.
Como empleados, asumir que tus habilidades más técnicas quedan rápidamente obsoletas, te obliga a comprometerte a una formación continua para fortalecer tus capacidades, oportunidad también empresarial que muchos centros especializados están aprovechando.
Como ahorradores e inversores, una mentalidad exponencial te ayuda a entender la oportunidad de no demorar decisiones para poner tu dinero a trabajar si dispones de tiempo para alcanzar tus objetivos, apoyándote en la capitalización de los intereses, que permite alcanzar un crecimiento exponencial de tu patrimonio en el largo plazo, por la reinversión de los rendimientos generados año a año.
Una mentalidad lineal es limitante. Nuestro plan de futuro depende, entre otros aspectos, de un cambio de mentalidad a exponencial.
Artículo publicado por el mismo autor, Rafael Romero, en el Diario Sur, el 25 abril de 2022