En economía, las expectativas son las creencias que tienen los individuos sobre el valor futuro de las variables económicas y financieras, como los precios de acciones o materias primas, tipos de interés, salarios, inflación, etc.
La formación de expectativas debería partir de la revisión racional de la información disponible, pero las distintas preferencias, sesgos e información normalmente incompleta, generan expectativas distintas, siendo difícil prever los efectos de una determinada política económica, y demostrando la ineficiencia de los mercados financieros.
La alternativa que complementa al modelo de las expectativas racionales es la economía del comportamiento, que con herramientas de la psicología se analiza la racionalidad limitada de las personas tomando decisiones económicas, entendiendo que las personas actúan de una u otra manera, no siempre racional, en base a diferentes sesgos conductuales y cognitivos.
Keynes (1883-1946) ya explicaba cómo el estado de ánimo colectivo tiene un papel relevante en los ciclos económicos, ya que las distintas expectativas determinaban el nivel de demanda y, por tanto, de producción de un país.
Los bancos centrales saben que deben mantener la estabilidad de los precios, porque periodos largos de inflación o deflación excesivas tienen efectos negativos sobre la economía, por lo que llevan años gestionando las expectativas de los agentes.
Nos han convencido de que combatirán una inflación excesiva y los mercados han reaccionado con pesimismo ajustando los precios a un entorno distinto. Pero también se han ajustado fuertemente las expectativas de inflación futura, esperándose ya niveles más cercanos al 2,5%-3% a medio plazo, y posibilitando que no tengan que subir tanto los tipos de interés para no facilitar una grave recesión.
En mi personal opinión, puede generarse pronto también, la expectativa de una salida negociada del conflicto con Rusia, con efectos positivos inmediatos en la economía y mercados.
Una mirada más pragmática es necesaria, porque existe un propósito superior: prevenir una nueva crisis económica y social en Europa, un conflicto bélico de mayor alcance, hambrunas, flujos migratorios, etc. que deben ser la inspiración y directriz de unas negociaciones que comiencen antes de que se generen eventos que no puedan superarse.
Artículo publicado en Diario Sur, el 18 de julio de 2022